jueves, 21 de mayo de 2009

Actividad Nº 2:
A fin de que los científicos puedan entenderse mutuamente, parece razonable adoptar alguna nueva convención acerca de los límites entre lo observable y lo no observable.
1). Intente formular con palabras sencillas, algún tipo de criterio para fijar dicho límite. Redáctelo (a veces el sentido común puede ayudar).

Partimos de la base de que los términos observacionales son aquellos que se refieren a entidades o procesos observables, mientras que, los términos teóricos se refieren a entidades o procesos teóricos, entendiendo que son postulados por la teoría y no han sido previamente observados.
Por tanto, podemos hacer una clasificación en entidades observables, y no observables. Los no observables son aquellos que no podemos observar a simple vista como por ejemplo los hoyos negros, la fuerza de gravedad, los átomos. Dentro de lo que llamamos “observable” tenemos objetos o atributos, como por ejemplo las sillas, que se observan a simple vista (con la sola ayuda de nuestro sentidos podemos identificarlas como sillas).
Por otra parte tenemos aquellos que son llamados “observables con carga teórica”, puesto que para observarlos es necesario contar con algún conocimiento que presupone alguna teoría científica (por ejemplo, para observar un meteorito, debemos tener algún conocimiento acerca del aspecto y composición química de este y tal conocimiento proviene de aceptar ciertas teorías vigentes como válidas), lo que da lugar a definir qué son las leyes teóricas y cuáles las empíricas: las primeras son aquellas que relacionan entidades no observables, mientras que las segundas son las que relacionan entidades observables.
Podemos definir que una entidad o atributo es observable a partir de una observación con ayuda de un determinado instrumento, por ejemplo al observar bacterias con ayuda de un microscopio.
Las observaciones conducen al investigador hacia una mayor comprensión del caso, y por tanto es necesario elaborar un criterio que nos permita definir cuándo estamos verdaderamente observando y cuando no.
Es aquí donde aparece la clasificación de instrumentos de observación, en sencillos y complejos ¿Qué criterio tenemos en cuenta para determinar que un instrumento es de mayor o menor complejidad? Mi criterio apunta a que: el instrumento sencillo es aquel que puede ser utilizado por cualquier persona en la vida cotidiana, como por ejemplo un termómetro, una balanza, un microscopio óptico, entre otros. Evidentemente si mi profesión consta de ser científico (biólogo, médico, físico), los instrumentos que utilizo en la vida diaria serian diferente, pero precisamente mi especialización en la determinada profesión implica un conocimiento más elevado que la de “cualquier persona”.
Me gustaría citar fragmentos de la obra de Andrés Rivadulla Rodríguez, “La Filosofía actual de la ciencia”, para tener una visión extra de lo que significa observable:
“Hempel-Stegmuller contra la ambigüedad del concepto observable: (...) Así Carnap admitía la observabilidad como un dato inmediato de experiencia. Ahora bien , como ello estaba impregnado de un claro contenido subjetivo, nada extraña que en el concepto de observabilidad hubiera implícita una gran ambigüedad, que en definitiva llevó a carnap a reconocer la no existencia objetiva de límites estrictos de demarcación entre un observable y un no observable.(…) así, pues la dependencia instrumental de la observabiliadad de objetos y fenómenos hace posible, como señala Carnap, que entidades no observables acostumbren a irrumpir el mundo de la observación; por lo que virus, moléculas, átomos, etc., podrían en un cierto sentido ser considerados observables. Stegmuller (…) considera que la predicación del carácter observable debe ser el resultado de un acuerdo entre los participantes en un proceso de investigación, no ya acerca de lo que es o no es observable, sino, sobre si en determinados puntos del espacio-temporalmente fijados pueden ser realizadas ciertas observaciones con o sin auxilio de ciertos instrumentos.(…) Hempel, por su parte, afirma que la predicación de la observabilidad depende, en especial, de la formación lingüística y científica, de forma que los observadores científicos competentes aplicarán la expresión “en base a la observación directa” a un número de términos que el hombre de la calle no estará en condiciones de considerar observabas, y que una apreciación rigurosa de la concepción carpiana tampoco lo concebiría así…”

Bibliografía:
- RIVADULLA RODRÍGUEZ Andrés, “FILOSOFÍA ACTUAL DE LA CIENCIA”; Editorial TECNOS, MADRID (España), 1986.
Material disponible en:
www.altillo.com
www.catedramiguel.org.ar

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